6-03-2020
Este viernes nos acercamos, una vez más, a las inmediaciones de la ría Ibaizabal –Nervión, con el propósito de observarla con diferente perspectiva : la atalaya de la Sierra de Sasiburu. El trayecto, que a priori se había previsto, (Cruces_Sasiburu_Peñas Blancas, Castaños,el Regato) se ve alterado, por razones técnicas y de seguridad, por Cruces_ Sasiburu , siguiendo las acertadas indicaciones de nuestros experimentados compañeros. (Ya lo dice el dicho popular: “Más vale estar en tierra queriendo surcar el mar , que en el mar deseando pisar tierra) Pese al tono catastrofista que desde esta crónica pudiera interpretarse, podemos afirmar que el recorrido ha merecido la pena : la mejor alforja en este pequeño viaje ha sido, qué duda cabe, nuestra facultad de afrontar, con humor, el azote de la borrasca: lluvias, tormentas ,viento…y algún que otro claro, concedido por nuestra indulgente Sorgintxo.
Iniciamos el recorrido desde la salida de metro del Hospital de Cruces; punto de partida determinado por la utilización del transporte público. Los arrojados compañeros, _9 mujeres y 17 hombres_ incluido el nuevo fichaje de Biziondo, el catalán Octavio, (llamado así por una curiosa tradición familiar: siendo sus antepasados músicos de oficio, estaban obligados a bautizar a sus descendientes con el ” santo y seña” que democráticamente decidiera su orquesta; a su abuelo le cayó en suerte el ampuloso nombre de “Napoleón”) Abandonamos la concurrida Plaza de Kurutzeta para dirigirnos al vertiginoso puente que atraviesa , desde arriba, la autopista A-8 ; bajamos las escaleras del pasadizo y, desde la rotonda que le sigue, continuamos el trazado hacia “Basatxu” , pasando por el edificio Osalan , el barrio de caseríos y, algo más arriba el depósito de aguas del Consorcio. Tras una breve subida, encontramos una bifurcación: descartamos el camino que conduce a la Ermita de Santa Agueda, para continuar por la pista de hormigón de la derecha. Desde este punto ya se intuyen, en la lejanía, los perfiles del Serantes , la zona del Abra y los Montes Cántabros , velados bajo la bruma costera. Poco después atravesamos un pinar, seguido de un camino de grava , que con su exuberante vegetación nos impide ver,con claridad , el Cordal de Sasiburu que recorremos por el lado izquierdo. El Refugio del Club Alpino , que oportunamente encontramos en el entorno, nos permite guarecernos del vendaval y cumplir , a un tiempo, con el tentempié y la foto de rigor. Este boscoso entorno desemboca en una pista asfaltada que verifica, bordeando toda la Sierra, la peculiar orografía de estos montes: el Arroletza, (454) que inaugura, hacia el oeste el Cordal , ofreciéndonos la oportunidad de realizar unos “caprichosos” recorridos por sus cumbres: Tellitu,(458) Sasiburu….(459), la mole rocosa Peñas Blancas y, por último el Ganeroitz, flanqueando la Sierra. No sin dudarlo, decidimos subir al Sasiburu : en la cima encontramos un original buzón con cabeza y txapela, junto a un monolito de piedras. Aunque el día no está muy claro se divisa en el horizonte el Valle del Kadagua con el Ganeko (nevado) y el Galarraga al fondo; por el otro lado , El Gran Bilbao.
El descenso, en medio de la campa, se convierte en una espectacular coreografía dirigida por el turbulento viento : algún que otro danzarín , a pesar de su envergadura_comentario de la víctima_ se siente “ cual ligera pluma” al verse zarandeado y derribado por el viento. Desde el Sasiburu, siguiendo la pista referente, ascendemos al Humilladero (391m) en ella encontramos una cruz blanca dedicada a la Amatxu de Begoña. Regresamos de nuevo a la pista que hemos dejado en la ladera y , en este mismo lugar, nuestro experto montañero Mikel , garantiza que regresaremos para rematar la faena , bajo la solemne fórmula, que allá por la “Transición, “ popularizara el presidente Adolfo Suárez: Puedo prometer y prometo..Sí ¡Ya sabemos! a los compañeros sólo nos interesa la promesa. (azpimarratuta)
Desde esta pista regresamos de nuevo al punto de inicio de la excursión de hoy; aunque el sol se resiste a salir, podemos disfrutar de hermosas vistas hacia los dos valles que separan el cordal: El del Kadagua y el del Regato. Al llegar al cartel indicador de Santa Agueda, de nuevo la promesa, ésta no tan solemne, pero sí más emotiva , al explicarnos , el lugareño, las peculiaridades de la fiesta de la Ermita que esperamos visitar. Desde aquí sólo nos queda descender al punto de inicio de la ruta, la Plaza de Cruces : contentamos nuestros cuerpos con un buen café y nos dirigimos a los fosteritos del metro de Bilbao.
En el recorrido de hoy hemos conocido rincones de la naturaleza,_ con un importante vestigio histórico _ hemos disfrutado y, además, hemos compartido nuestra capacidad resiliente ante la adversidad atmosférica.
Sólo nos queda agredecer a todos los compañeros, que gestionan estas rutas, gratis et amore para que todos juntos podamos pasar una jornada siempre distinta e inolvidable en la montaña.. ESKERRIK ASKO!