21-04-2023
Viernes, 21 de abril de 2.023, víspera del Día Internacional de la Madre Tierra. Volvemos al reencuentro con la Naturaleza, al ámbito añorado y a la vez constreñido, a nuestro modo de vivir. (Ref. “antropoceno”, geología).

Comenzamos la excursión con el propósito de ascender al Pico de las Nieves, (773) la montaña más representativa, encumbrada sobre los valles bajos del Asón y del Agüera. En el barrio de La Magdalena configuramos el grupo de senderismo, (43 Biziondotarrak) que desde Durangaldea nos desplazamos al municipio cántabro de Guriezo. En el trayecto, Mikel y Víctor describen los aspectos técnicos del camino, así como los culturales: leyenda, mitos y folklore, relacionados con el Valle y su Ermita. Por la Autovía del Cantábrico, desde la ventanilla del autobús, con la comodidad de “sentirnos guiados” por nuestros preciados compañeros de la avanzadilla, observamos el trasiego laborioso de fábricas, chimeneas, barcos de carga, carreteras, puentes y ríos: la historia industrial-patrimonial y afectiva del Gran Bilbao. A medida que entramos en Cantabria, en la tierruca, se impone el “paisaje natural” de altas montañas, colinas, prados y ganado.
En el entorno de Guriezo, por la carretera general que conduce a Ampuero, a escasos kilómetros del punto de inicio de la ruta, bajamos del autobús, como la suelta de ganado que transita por los pastizales. A llegar al único cruce del trazado, un rótulo de madera señala el camino que sube por la izquierda. “Pico de las Nieves 5 Kms.” A partir de aquí comenzamos una caminata, “sin resuello”, en la totalidad del trayecto. Abandonamos la carretera para comenzar el ascenso por una pista asfaltada, rodeada de pinos, algún que otro roble y espinos. Al claro del camino, destacan los valles de altura con hermosos prados de tradición ganadera con vacas, caballos y bordas. Salimos del asfalto, ya en campo abierto, entre una linde de piedra, seguimos el sendero de tierra, hierba y piedras que nos lleva hasta una amplia pradera, donde se celebra la popular romería de la Virgen de Las Nieves, in memoriam del “fenómeno climático” desatado el 5 de agosto, el mes más agostado del año. Por las laboriosas escaleras de cantera, alcanzamos ¡Por fin! El Pico de las Nieves que, con su perseverante presencia, “se deja querer” en buena parte del recorrido. A modo de estandarte, observamos la Ermita Milagrosa diseñada por la más popular arquitecta del Valle, La Virgen de las Nieves que, ayudada por los ángeles, logró asentar la legendaria Ermita, en esta extraordinaria atalaya. Desde su puerta, divisamos el Embalse del Juncal, (Espejo en el que se contemplaba la Virgen (leyenda) por el oeste, la comarca del Asón y la costa oriental de Cantabria. Sobre la roca, observamos también una gran cruz y un buzón montañero. Tras pasar un agradable rato en la cima, con paso corto y la vista fija en el suelo, descendemos por el mismo camino tortuoso de piedra suelta. De nuevo volvemos por la pista de hormigón, disfrutando de un agradable paseo y recreando el paisaje ya avistado, hasta llegar al inicio del recorrido.
Sabemos que buena parte de nuestro bienestar radica en una buena comida. La excursión de hoy es una buena ocasión para aderezar este instante placentero, compartiéndolo con Biziondo. Tomamos nota de ello, acudiendo a un restaurante de Laredo, reservado por nuestros compañeros. Buena comida, buen servicio, buena sobremesa y muy buen humor.
Como el olvido lo cura todo, finalizamos este Carpe Diem de viernes, cantando, _ la mejor forma de olvido_ porque en el canto el ser humano recuerda sólo lo que se ama.
¡Hasta la próxima!